martes, 18 de enero de 2011

NILDA Y JUAN MANUEL, UNA HISTORIA QUE ATRAVIESA UNA DOCENA DE GOBIERNOS

Abal Medina, tu sangre es negocio en la Argentina

Así gritaba en el 73 la Juventud Universitaria Peronista con su líder el “Tala” Ventura a la cabeza acompañado por su novia la hermosa “Nana” Landaburu, hija de un brigadier antiperonista.

El motivo de ese estribillo era que Juan Manuel Abal Medina, entonces Secretario General del Justicialismo, había tomado distancia de Montoneros para acercarse a la fórmula Perón-Perón y los cuadros izquierdistas del peronismo no le perdonaban que acompañara el giro a la derecha del líder supremo.

De ese modo daba por superada su etapa anterior cuando, por ejemplo, habló en el sepelio de su hermano Fernando, el asesino del Teniente General Pedro Eugenio Aramburu muerto a su vez en William Morris.

En ese entierro, Abal Medina dijo “no hablo como hermano sino como camarada”. Perón lo promovió a la primera línea y así fue cómo apareció junto a él a su llegada al país en noviembre del 72.

Pero luego Abal Medina cometió errores graves: impulsó como candidato a senador por la capital a Marcelo Sánchez Sorondo, quien fue derrotado por Fernando de la Rúa, lo que hizo que el General le fuera retirando su confianza.

Juan Manuel, en realidad, nunca integró Montoneros, pues era secretario de redacción de la revista Azul y Blanco, dirigida justamente por Marcelo Sánchez Sorondo, que era muy crítica de la llamada revolución argentina del general Juan Carlos Onganía, acusando a éste por su supuesta entrega del patrimonio nacional al capital extranjero.

Si bien la revista tiraba muy poco, tenía prestigio en la mayoría de los partidos políticos disueltos por la dictadura.

Fue en esa momento -1966- cuando Perón ordenó “desensillar hasta que aclare” y la mayoría de la dirigencia sindical celebró la caída de Arturo Illia y la asunción del supuesto nacionalista Onganía.

Nilda en acción

En 1968/9, la joven abogada Nilda Garré era amiga íntima de María Borda, hija de Guillermo Borda, el prestigioso jurista que se desempeñaba como Ministro del Interior.

Garré ingresó como asesora con la categoría más alta, la 24, y ahí permaneció durante los gobiernos de Roberto Levingston y Alejandro Lanusse.

Sobre el final del gobierno militar, se casó con Roberto Copello, sobrino del cardenal del mismo apellido.

A comienzos del gobierno de Onganía, Abal Medina se casó con Cristina Moldes, con la cual tuvo cinco hijos.

El mayor de ellos es Juan Manuel, actual Secretario de Medios de Comunicación del kirchnerato. En los últimos meses de la “sangrienta dictadura” de Lanusse, Juan Manuel y Nilda, asesora del Ministerio del Interior y conocida como “Chichita” Copello, formaron una pareja.

Uno de los primeros resultados fue que, un año más tarde, Abal Medina impuso a su mujer como diputada nacional con sólo 25 años de edad, ubicándola en los primeros lugares en una lista que encabezaba Santiago Díaz Ortiz.

Luego, los nombrados, el locuaz Carlos Kunkel y otros, formarían el grupo de los 8, a los cuales Perón los echó por la televisión.

Siempre cerca de los cuarteles

Repudiada por Perón y luego por Isabel, Garré formó otra especie de grupo de los 8 para hacer anti-isabelismo.

Hasta que empezó a trabajar para el golpe del 24 de marzo de 1976 moviéndose en dos frentes simultáneamente: su relación con el almirante Emilio Eduardo Massera, por un lado, y con el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército, por el otro.

Gracias a sus aceitadas relaciones castrenses fue cómo consiguió, una vez producido el golpe, que Juan Manuel se asilase en la elegante residencia de Belgrano que era la sede de la embajada mexicana en Buenos Aires.

Nilda, protegida desde el poder, pudo volver a su casa, donde pasó tranquilamente los siete años del proceso y hasta se dio el lujo de hacer política en primera línea.

Así fue cómo se transformó en una de las asesoras principales de don Vicente Saadi, por entonces poderoso presidente de la Comisión de Acuerdos del Senado y gracias a él obtuvo dos licencias de registros de la propiedad automotor en una negociación con los radicales.

Ya en épocas menemistas, no la fue fácil a Nilda acercase al poder, aunque disfrutó de los beneficios de la “cadena de la felicidad” que coordinaba la SIDE.

A todo esto, Juan Manuel no perdió el tiempo y se vinculó estrechamente con los dirigentes del PRI mexicano y se hizo millonario en dólares con los negociados del “ogro filantrópico”, como llamaba Octavio Paz al régimen mexicano, calificación que bien podría aplicarse hoy al kirchnerato.

Esto no quita que Juan Manuel no siguiera colaborando desde el exterior con la SIDE a través de informes periódicos, impresos en papel amarillo, que eran tenidos muy en cuenta por algunos asesores de Carlos Menem.

Final feliz, por supuesto

Cuando Octavio Bordón rompió con Menem, Nilda estaba junto a él. Pero a principios del 96, Bordón abandonó la política y ella se sumó primero al FREPASO y luego a la Alianza.

Durante el gobierno de ésta, estuvo a cargo de la unidad investigadora del atentado a la AMIA, hasta que fue echada, porque la colectividad judía sencillamente no la soportaba.

Siguió revistando en el FREPASO y, con el advenimiento de Néstor Kirchner al poder, de la mano de su mentor Horacio Verbitsky se fue acercando al poder.

Cuando José Pampuro dejó el Ministerio de Defensa para pasar el Senado, ahí Verbitsky tiró su nombre.

Así fue cómo se inició un ciclo de cinco años de destrucción y humillación de las Fuerzas Armadas.

Ahora Nilda se muestra dispuesta a hacer lo mismo con la fuerzas de seguridad, especialmente con la Policía Federal, cuyo flamante jefe, el Comisario Enrique Capdevila, presentó su renuncia.

En su reemplazo, hasta es posible que se nombre un civil y se habla de Marcelo Saín, que tuvo una experiencia similar como titular de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).

Pero volviendo al título de esta nota, la flamante ministro manejó a piacere el presupuesto y el reequipamiento de las Fuerzas Armadas con el general César del Corazón de Jesús Milani, Director General de Inteligencia y ahora también Subjefe del Estado Mayor del Ejército.

De esta saga quedan graves sospechas de corrupción.

Hoy Nilda vive enrejada en su petit hotel de Barrio Parque, en tanto que Juan Manuel disfruta de sus millones de dólares representando al magnate mexicano Carlos Slim, el hombre más rico del mundo.

También festeja que su hijo Juan Manuel sea ministro de propaganda del régimen kirchnerista manejando un presupuesto de publicidad de 1.800 millones de pesos anuales.

De ahí la premonición del “Tala” Ventura: “ABAL MEDINA, TU SANGRE ES NEGOCIO EN LA ARGENTINA”.

Evidentemente, la Argentina es un país muy generoso.

Guillermo Cherashny

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