Estos, hombres y mujeres, personifican lo que aparentó ser justicia y es una farsa criminal.
Son éstos los que en adelante se sentarán en el banquillo de los acusados.
Serán juzgados por jueces que saben realmente la responsabilidad que es ser juez y que la Ley argentina, en su norma y espíritu, no se subordina ni doblega ante leyes supranacionales y mucho menos pudo haber sido utilizada como arma de venganza política e ideológica.
El alma de la ley, la conocían bien los acusados, conocían bien los tribunales, sin embargo la falsearon y torcieron los procedimientos pervirtiendo la justicia en la Argentina, siendo, estas argucias, de por si un gran delito:
La violación sistemática de las garantías constitucionales y alterar el legítimo curso de la justicia.
Estos personajes, comparten la responsabilidad de los crímenes "legalizados", junto con los responsables políticos de llevarlos adelante en contra de una parte de la población:
Los militares- con la finalidad más oscura de venganza, imponer temor a opositores, captación de simpatías electorales para consolidar un modelo represivo judicial y de dominación.
Son, posiblemente, más culpables que algunos de los dirigentes, pues concientemente, a sabiendas y con alta preparación jurídica, apoyaron y fueron "armas" del régimen.
Debiendo, por el contrario, repudiar la violación sistemática de la Ley, por ser una injusticia.
Deben recibir la justicia que ellos negaron a otros.
Cada sentencia de ellos, será una prueba en si misma.
Cada uno y todos los judiciables de hoy, integraron un sistema llamado Estado Argentino, con leyes y autoridades vigentes hace treinta años y más.
Es decir que servían a su país y al Estado, que se defendía de los ataques guerrilleros que pretendían tomar el poder por las armas.
Es, por tanto, el de hoy, un plan sistemático, organizado para condenar a aquel Estado, siendo sus chivos expiatorios las personas y no las instituciones del país que ordenaron "aniquilar" al enemigo.
A sabiendas y con pleno dominio de las herramientas políticas y judiciales, violentaron la Constitución Argentina y las garantías que en ella se conculcaron, para llevar a cabo una venganza.
¿Quien, más que un juez, sabe de prescripción, de juez natural, de irretroactividad de la ley, de cosa juzgada, de indulto, de comisiones especiales, de ley más benigna, de actos de guerra, de terrorismo, etc.?
Es por ello que debieron declinar y no lo hicieron.
Fueron y son funcionales a esta venganza.
Son los engranajes necesarios de la maquinaria estatal del régimen, para montar la farsa y escarnio, que envía a la cárcel a los héroes de la defensa nacional, cuando la patria estaba en peligro y amenazada.
Cada uno de los militares actuó creyendo en el bien de la patria y dictaron y acataron órdenes militares en tiempo de guerra.
No se trataba de abogados, se trataba de guerra y militares. La guerra tiene sus propias reglas,
¿O se juzgó Hiroshima?
El no haberse opuesto, hace responsables a los jueces prevaricadores por complicidad y ser mano ejecutora de un plan sistemático-basta con ver los argumentos calcados en los procesos y la coordinación de fiscales y abogados-para poner en prisión a militares.
Que haya condenas es la finalidad.
El Consejo de la Magistratura es el fusil que dispara contra los jueces que alzan la voz y se niegan a prevaricar.
Estos si son doctores en leyes, no son guerreros, conocen la ley y los manejos tribunalicios, saben claramente lo que están haciendo.
Grave crimen contra la humanidad es utilizar el poder judicial para privar de la libertad a hombres que son una parte de la población y que tienen en común haber vestido un uniforme.
Sin dudar en violar los principios legales constitutivos se está consumando un crimen y una ironía judicial.
En defensa de derechos humanos, se violan derechos humanos.
Ya circulan listas de jueces y funcionarios, con descripción de los actos intencionadamente y a sabiendas que llevaron y están llevando a cabo, para ser una máquina de condenar a chivos expiatorios, siendo que en realidad se está condenando al otro Estado, al que lo precede históricamente y a las instituciones armadas del mismo, como si hubieran sido ajenos todos los demás ciudadanos que sufrieron la violencia terrorista y los que la llevaron adelante contra la Nación Argentina.
¿Es que empezaremos de nuevo?
Creo que si, es una obligación, un deber.
Juicio a los Jueces será el futuro cercano.
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