ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL
CORONEL ARGENTINO
DEL VALLE LARRABURE
El 11 de agosto de 1974, hace 38 años, un numeroso grupo de terroristas pertenecientes al ERP asaltó y copó la Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos de Villa María en la Pcia. de Córdoba.
Contaron para ello con la colaboración de un soldado entregador, que estaba cumpliendo allí con el entonces servicio militar obligatorio, de nombre Mario Pettiggiani, quien pertenecía a dicha organización subversiva.
Recordemos que tanto el ataque a la mencionada Fábrica Militar como el posterior asesinato del Cnl LARRABURE, acaecido un año después, tuvieron lugar durante la vigencia de un gobierno al menos formalmente constitucional.
¿Será por eso que se lo quiere mantener oculto desde las esferas oficiales, que nada dicen al respecto?.
Cada cual sacará sus propias conclusiones…
Luego de finalizado tal asalto, que dejó heridos y muertos, se llevaron a dos rehenes: el Capitan ROBERTO GARCÍA y el My ARGENTINO DEL VALLE LARRABURE.
Ambos estaban destinados en dicha fábrica militar.
El primero de ellos, ante un intento de fuga, fue herido y dejado abandonado en un vehículo, que al día siguiente apareció en la Avda Colón al 2500 de la capital cordobesa, con varios impactos de bala en el abdomen, marcas de quemaduras de cigarrillo, fracturas y contusiones en ambas piernas.
Fue internado en el Hospita Aeronáutico de Córdoba, intervenido quirúrgicamente de urgencia y, luego de varios días de internación, pudo salvar su vida.
El My LARRABURE no corrió la misma suerte.
Como es bien sabido, estuvo secuestrado durante 372 días y, un 23 de agosto de 1975, se encontró su cadáver dentro de una bolsa abandonada en un zanjón próximo a la intersección de la Avda Ovidio Lagos y la calle Muñoz, de la ciudad de ROSARIO.
No me voy a cansar de destacar la templanza, el valor y el coraje de este HEROE de nuestro otrora glorioso Ejército argentino.
Padeció todo tipo de torturas, tanto físicas como psíquicas, pero jamás se doblegó.
Enfrentó a la adversidad con total valentía y dignidad.
Pudo haber salvado su vida si se pasaba a las filas del ERP y colaboraba con ellos pero, como todo hombre de bien, de sólidos y acendrados principios morales y de una profunda fe religiosa, prefirió una muerte digna antes que una vida de humillación.
Su respuesta ante ese ofrecimiento por parte de los guerrilleros fue:
“por ese precio, no”.
Siguió a Cristo en su cruz.
La autopsia habla por si sola de todos los tormentos que tuvo que soportar, con gran estoicismo de su parte, y recordemos que perdió 40 kg de peso.
Que gran EJEMPLO que nos dio con su conducta intachable!!!.
Y por si todo ello no fuese suficiente, aún tuvo fuerzas para morir entonando las estrofas del Himno Nacional:
“…LIBERTAD, LIBERTAD, LIBERTAD…”
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