miércoles, 26 de mayo de 2010

HOMBRES TIBIOS


Vivimos una época de hombres tibios, que sin hacer el mal hacen más daño que los propios malos.


Se resignan a vivir sin convicciones ni ideales aceptando callados lo que creen es su destino.

Esperanzados tontamente en que aparezca quien los guíe sin sobresaltos hacia una vida mejor.

Hombres que temen decir lo que piensan y hasta temen pensar.

Que escuchan a quienes les mienten en forma descarada, lo saben y no dicen nada.

Hombres burlados, sin alma, huecos hasta la vergüenza, viven sin vivir.

¿Pero qué hay de aquellos que un día anidaron en sus corazones los sagrados conceptos de Patria y Libertad?

Los que jugaban sus vidas sin saber cuando el destino los tocaría con la muerte.

Ayer querían ser los primeros, hoy los últimos.

Exaltaban la lealtad, el compañerismo, y morían un poco con cada camarada muerto.

Hoy han olvidado todo, no todos, pero muchos sí.

Allí en el circo odioso el enemigo de siempre trata de humillar a los Soldados de la Patria, los cuales soportan con estoicismo el escarnio y no se rinden.

Porque fueron soldados que defendieron la Nación.

¿Qué lo hicieron con errores y horrores?

¿Es qué acaso la guerra en sí misma es distinta?

No existen guerras sucias ni limpias, sólo guerras.

Los que se han rendido son los que los han dejado solos.

Y ocultos, miran hacia otro lado sin animarse siquiera a mirar de reojo los recuerdos.

Es cierto que el tiempo que pasa nos va agregando eslabones en la cadena de la vida, pero que no nos haga esclavos y convierta nuestros días en miserables horas vacías.

Un gesto pequeño sin costo alguno puede avivar la vieja pasión por la Patria.

Acercarse a quienes luchan por sus camaradas prisioneros, por la verdad histórica y por Dios.

¡No olviden que vienen por todos!

Emanuel García

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