jueves, 19 de noviembre de 2009

GOLPE DEL ERP A LAS FUERZAS DE OCUPACION

EL RELATO QUE SE DETALLA A CONTINUACIÓN DESCRIBE EL PLANEAMIENTO QUE EL E.R.P REALIZÓ PARA ATACAR A UN AVIÓN C 130 DE LA FUERZA AÉREA ARGENTINA.

Cuando el ejército comenzó a operar en Tucumán, se busco la forma de golpearlo especialmente sobre los traslados de efectivos que venían a reprimir al pueblo tucumano.

Se barajaron muchas ideas pero el factor esencial fue la participación del pueblo, los indicios, los datos que aportaban, porque una organización revolucionaria siempre cuenta con el mejor servicio de informaciones:

el pueblo.

Así nos enteramos que había un canal de desagüe que cruzaba de lado a lado la pista.

Pero, ¿cómo podía ser que hubiera una cosa así y los milicos no la tuvieran controlada?

Sin embargo, el canal existía, y los milicos no lo tenían detectado o lo subestimaron.

Así les fue.

Verificado el dato, se decide operar.

Esta decisión se produce en medio de un clima represivo de ocupación.

Esto hay que recordarlo permanentemente para comprender las condiciones muy distintas a los de otros lugares del país en que se desarrollaban las operaciones.

Por otro lado esas mismas condiciones impedían que los compañeros que la llevaban adelante pudieran dedicarse "exclusivamente a ella; tenían que atender otras tareas, y eso toma tiempo.

El trabajo fue discontinuo.

En total de Marzo a Agosto, seis meses.

En ningún momento se vaciló, al contrario, cada avance del enemigo reforzaba la convicción de concretarla.

LA PUESTA EN MARCHA.

En las primeras observaciones se logró conocer el dispositivo de seguridad del aeropuerto.

Todo el área había sido declarada zona militar, y por lo tanto estaba prohibido el acceso y la circulación por ella.


Habían emplazado puestos con bolsas de arena, ametralladoras pesadas y vigías con binoculares en las torres y las entradas, una guardia móvil constante y junto con la llegada de cada avión, se apostaba en los extremos Norte y Sur de la pista, soldados con fusiles ametralladoras.

Era frecuente la presencia de helicópteros artillados que cumplían funciones de correo y cober1ura de los traslados.

Pero, como siempre, la gente había burlado esa vigilancia.

Se habían formado dos senderitos naturales.

Por esos caminitos se cruzaron armas, bolsos, ante la mirada indiferente de los guardianes que habían tenido que aguantar a fuerza de costumbre, el paso de la gente al trabajo o a su casa.

También observando, se notó que los vecinos normalmente cruzaban la acequia que corre paralela al aeropuerto y al hipódromo por unas piedritas, que permitían el cruce de ese vado, donde estaba la entrada al túnel, tapada con ramas.

A partir de allí se comenzó a entrar y luego a trabajar en la cañería.

Esta tenia 1,20m de alto por 0,70m de ancho.

Siempre corría agua, desperdicios, ramas, arañas y todo lo que sabemos que hay en un desagüe.

Los compañeros debían caminar y trabajar agachados.

Y cada entrada -se hicieron 11 en total- era una operación: iban armados, con un observador en la boca del túnel, y el permanente riesgo de que a un milico se le ocurriera ir a ver que pasaba con ese caño.

Once veces, once operaciones, algunas veces trabajando hasta doce horas adentro.

Otro elemento a tener en cuenta desde el inicio era el equipo que estuvo compuesto por un conjunto adecuado de compañeros.

LA OBRA DE INGENIERÍA.

El primer paso, una vez explorado el túnel fue determinar el lugar por donde este pasaba por debajo de la pista.

Un tabique de ladrillos donde se atrancaban ramas y basura, dio la posición exacta.

El tabique reforzaba el soporte de la pista.

Las cargas explosivas no se podían poner directamente en el túnel porque había que tratar de que al final de la instalación el lugar aguantara una inspección.

También existía la necesidad de atracar los explosivos con buenos soportes para dirigir la explosj6n, hacia arriba y evitar las pérdidas de energía hacia los dos extremos de la galería.

Por lo tanto, hubo que pensar en abrir un boquete en la pared, que era muy vieja y resistente (ver cuadro).

Primero se lo intentó con medios mecánicos, picos. maza, etc.

Pero no pasaba nada.

Entonces se pensó en utilizar explosivos de bajo poder.

Se hicieron pruebas afuera y se determino que era posible.

La primera vez el ruido fue tan grande y el agujero tan chiquito, que se temió seriamente por la suerte de la operación.

Al segundo intento con mas carga, se esperó el paso de un avión, para tapar el ruido.
Esta vez hubo suerte y se abrió un gran hueco.

En el boquete se colocó una carga explosiva con forma de cono invertido.

El cono estaba formado por:

1) en la punta, una semiesfera de 5 Kg. de TNT, 2) una capa de 60Kg. de Dietamon y 3) el resto, 95 Kg De Amonita.

Los explosivos estaban envueltos en bolsas de nylon bien atadas y cubiertas de grasa de litio, para evitar el paso de la humedad.

En la carga se colocaron una "roseta" de cinco puntas, que en cada punta tenia cuatro cápsulas detonantes Nº 8 y el resto de la carga recorridos por varios metros de cordón detonante.

Esto buscaba producir una explosión uniforme, máximo aprovechamiento de explosivo para garantizar romper la pista y afectar al avión.

De la carga, iniciada por electricidad, salía un grueso cable totalmente impermeable, que recorría 250m por el fondo del túnel hasta una boca de tormenta.

Allí se dejó colgado con una argolla, de manera que luego desde afuera se lo conectara a una fuente de energía con su pulsador.

El boquete se cerró de nuevo con ladrillos y en el escalón del túnel y en la boca de tormenta se colocaron dos carteles que decían:

“Peligro Alta Tensión –Agua y Energía”.

El trabajo llevó diez entradas.

La última fue para buscar dos herramientas y algunas cargas de revolver que habían quedado olvidadas por los compañeros.

LAS OPERACIONES COMPLEMENTARIAS.

Todos los elementos de la operación debían ser trasladados y probados.

Esto hizo necesario una buena cantidad de operaciones complementarias.

Los viajes para traer el explosivo, armas, equipos.

Las pruebas de los explosivos y los sistemas de detonación que se hicieron íntegramente en Tucumán, tanto las pruebas para hacer el boquete, como las necesarias para la operación en si misma.

La prueba del sistema eléctrico y los mecanismos de disparo, se hizo en una ruta abandonada, haciendo explotar el detonante en una bolsa de harina al paso de un coche, para calcular las distancias, la clase de obturador a emplear, etc..

Cada uno de estos pasos se hicieron armados, con una planificación previa, etc..

En una provincia de Tucumán ocupada por el Ejército federal, la gendarmería, y las fuerzas policiales de represión.

LA TERCERA ES LA VENCIDA.

La instalación llevó los, meses de Marzo a Junio.

A partir de allí, se comenzó a planificar y montar la ejecución propiamente dicha, teniendo en cuenta que la llegada y partida de los efectivos era mensual.

La boca de tormenta estaba frente a una casa.

Al lado había un baldío desde el cual se veía la pista y, en el baldío, una fosa, que vino al pelo para instalar al "tirador".

Un gran problema que tuvo que ser resuelto por medios de cálculos geométricos, fue determinar un punto de referencia para el tirador, en el cual al pasar el avión a través de ese punto y, la mira (una horqueta...) se supiera que estaba a la distancia justa para producir la explosión.

Esta debía darse para un avión que salía, porque estos van acelerando y no iban a poder frenar cuando vieran el estallido, como sucedió.

Otro gran problema era como concentrar un equipo y sus coches en pleno centro de Tucumán.

Durante el fin de Junio y Julio la operación se montaba cuando se sabía que venían aviones, y si bien había problemas no eran tan graves.

Pero luego se detectaron muchas irregularidades, y se decidió montarla todos los días.

El primer intento fue el 7 de Julio, donde se falló por siete minutos.

El segundo el 28 de Julio.

A partir de allí se montó todos los días, esperando 28 días.

Para eso se dio una “concentración dispersa", los compañeros mantenían la observaci6n y esperaban, confundidos como deportistas, botelleros y otras ocupaciones.

Totalmente dedicados a la tarea, ya que la concentración iba de las 7 a las 19, todos los días.

Esta “concentración dispersa” se la llamó “punto 3”.

Una vez detectado el avión se pasaba al “punto 2” donde se abordaba la camioneta de Agua y Energía, en el “punto 1” se instalaba en lugar y se conectaban los cables a la fuente de energía.

El “punto 0” por fin se dio el 28 de agosto.

Producida la explosión se retiró el personal del lugar en orden, recuperando todo el equipo.

Efectuada la operación tres fuentes nos informaron que el enemigo tuvo 10, 25 y 40 muertos respectivamente.

Nuestras investigaciones fijaron esa cifra en 34.








NOTA: El presente informe corresponde a un trabajo publicado en la Revista "Evita Montonera" Nº 7

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