viernes, 22 de febrero de 2013

FUE UNA GUERRA. 

Todavía hay quienes niegan lo ocurrido en LOS AÑOS SETENTA 

En la sección Carta de Lectores de El Tribuno del 26/01/2013, Oscar Torres, Néstor González y demás firmantes me acusan de mentiroso y falaz por haber afirmado en este mismo diario (art. “Con Cuba: las cosas por su nombre”) que, durante la década del '70, en la Argentina, hubo una guerra. 

También, me invitan a debatir públicamente el tema. Al respecto, digo que acepto con todo gusto y que elijo esta columna y este prestigioso diario para contestar. 

Sostengo que “fue una guerra” por donde se la mire y que la negación que se hizo de ella es la mentira más grande jamás contada en la historia argentina. 

La incorrección argumentativa de los firmantes se revela en que pretenden corroborar la supuesta veracidad de que “no fue una guerra” sirviéndose de la “falacia de la autoridad” y no recurriendo a los hechos mismos. 

En consecuencia, afirman que, “No fue una guerra”, porque así lo sentenciaron los jueces fulano y mengano que son los que saben. 

Pero, también en lo que se conoce como “El juicio a las Juntas” durante la presidencia de Raúl Alfonsín, los jueces sentenciaron de que “fue una guerra revolucionaria”. 

¿Por qué se debe tomar como palabra santa los fallos de “los Oyarbide y compañía” y no la de los ex jueces Torlasco, Gil Lavedra, Arslanian, Valega Aráoz, Ledesma y D'Alessio. 

Si mañana un juez repite mil veces que “Evo Morales es rubio”; luego, Evo ¿es rubio? 

Yo diría que no porque la realidad, tozuda como ella sola, termina por imponerse. Y como lo mejor es que hablen los hechos y no las interpretaciones, pasemos a éstos. 

a) A principios de la década del '70, el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), por su lado, y la Organización peronista “Montoneros” crearon, con el objeto de tomar el poder a través del asalto por las armas e instaurar la dictadura delproletariado, el Ejército Revolucionario del Pueblo y el Ejército Montonero, respectivamente. 

Las declaraciones de guerra al gobierno constitucional, como así también el detalle de sus acciones bélicas, eran publicadas en sus revistas y en entrevistas que concedían a distintos medios. 


Con el encabezado de “Parte de Guerra”, se reivindicaban secuestros extorsivos, homicidios, ataque a cuarteles, toma de localidades, combates en el monte tucumano, “juicio” y ejecución de traidores, robos, cárceles del pueblo, etc.


Poseían fábrica de armas, de explosivos y recibían apoyo de organizaciones armadas de izquierda de otros países (Tupamaros, el MIR chileno y la OLP de Yasser Arafat). 

El gobierno cubano de Fidel Castro les proveyó de apoyo logístico y entrenamiento militar. 

Ambas organizaciones, en forma expresa, anunciaron a los cuatro vientos que estaban en guerra y que dentro de ese contexto habría que explicar las decenas de miles de atentados a la vida y la propiedad que cometieron. 

Hasta ahí, los hechos. 


Ahora bien, si estos son tan contundentes cabe preguntarse: 

¿Por qué se pretende negarlos con una interpretación “tirada de los pelos”? 


Si “no fue una guerra”, 

¿qué fue, entonces?

Los soldados que matan en la guerra no son juzgados como asesinos; luego, si “no fue una guerra” todos los que participaron (incluidos, las autoridades democráticas que dieron la orden de defender el gobierno constitucional), eran asesinos. 

Las FFAA afirman que “fue una guerra”. 

Otros, allegados a ERP y Montoneros, sostienen lo contrario. 

Ahora bien, si no estaban en guerra, entonces, ¿por qué mataban? 

Siguiendo esta interpretación, es necesario concluir que lo hacían porque eran delincuentes comunes. 

Es decir, miserables y degenerados asesinos seriales que se organizaron para matar, robar, secuestrar y aterrorizar por pura perversión. 

Conocí a algunos del ERP que murieron en manos del Ejército y puedo atestiguar que eran buenas personas aunque totalmente turbadas por el fundamentalismo marxista

Estoy absolutamente persuadido que no les hubiese gustado (porque, es injusto) que se los recuerde como a abyectos criminales. 


Los sobrevivientes del ERP y Montoneros se consideran 

¿criminales comunes o combatientes de una guerra? 

¿Por qué no le preguntan a ellos por qué mataban soldados, sindicalistas, empresarios, políticos, diplomáticos y ciudadanos de a pie? 

Por último, dicen (los que firman la carta) que “no fue una guerra” y que los que afirman lo contrario (en este caso, yo) cometen “apología del delito”. 

Si no se piensa como nosotros, entonces, marche preso! 


Linda y valiente forma de debatir! 

(aunque... un poquitín totalitaria). 

“Reclamo de vosotros y en nombre de vuestros principios, la libertad que os niego en nombre de los que me son propios”.
 Mauricio Ortín. 

lunes, 18 de febrero de 2013


COMBATE DE MANCHALA

Introduccion:

Por resolución de la regional Tucumán del ERP, la guerrilla bajó del monte un importante número de armas (fusiles, ametralladoras, escopetas y pistolas) que fueron trasladadas a la ciudad de Tucumán donde se realizó una reunión a la que asistieron Raúl, Manuel Negrín (NO Roberto), Julio Abad (NO Armando) y Wilfredo Siles (NO Sarg. Lin) en la cual se planificó una importante acción armada a ejecutar por la compañía.

Esta consistía en el ataque al Puesto de Comando Táctico de la V Brigada de Infantería con asiento en Famaillá, el que habría de culminar en el combate de Manchalá.

Para llevar a cabo la acción programada se concentró el total de efectivos de la Ca. Mte., a los que se sumaron otros elementos provenientes de las regionales del PRT de Tucumán y Córdoba, con lo que el número de combatientes ascendía a 105 guerrilleros.

El objetivo del Operativo Manchalá -como se expresó- era copar el Puesto de Comando Táctico (PCT), asesinar al comandante y tomar rehenes con la finalidad de levantar la moral de los cuadros, incrementar la colaboración del pueblo y conseguir importante armamento y material técnico útil.


Los Planes:

Se organizaron los siguientes grupos de combate:

. Comando; conducido por Jorge Carlos Molina (Cap. Pablo) y con 15 combatientes, con la misión de dirigir toda la operación a través de una red previamente establecida.

. Plaza; conducido por Hugo Irurzun (Cap. Santiago) e integrado por 35 combatientes, con la misión de copar la zona hasta que se hubiesen retirado todos los efectivos de la compañía con el armamento secuestrado y los rehenes capturados.

. Escuelita; conducido por Manuel Negrín (Tte. Roberto) compuesto por 10 combatientes, con la misión de anular la capacidad de reacción de las fuerzas que custodian el PCT y, de ser factible, coparlo, si bien esta tentativa resultaría difícil de concretar.

. Puente; integrado por 11 combatientes con la misión de ocupar posiciones sobre el puente del río Famaillá.

. Sanitario; lo integraban tres médicos; contaban con 2 camionetas y 2 camiones (uno de ellos con características militares) y armamento proporcionado por la Regional Córdoba sustraído al Batallón de Comunicaciones 141.

La operación estaba prevista para el 29 de mayo a las 02:00 horas, teniendo como misión tomar por asalto el Puesto de Comando Tàctico, el lugar de reunión de detenidos, el escalón logístico y la Comisaría de Famaillá; obtener armamento, munición y material de comunicaciones y eliminar al personal de cuadros. Todo ello con la finalidad (psicológica) de liberar a los soldados una vez finalizada la operación e izar la bandera del ERP y arengar al pueblo de Famaillá.

Concluida las tareas de planificación, se produjeron inconvenientes en el seno del grupo, especialmente con elementos provenientes de la Regional Córdoba quienes alegaban no estar preparados militarmente para una acción de esta envergadura.

Antes de iniciarse la marcha hacia el objetivo hicieron uso de la palabra los combatientes Asdrúbal Santucho (Cap Aníbal) y Hugo lrurzun (Cap. Santiago) quienes resaltaron la importancia que para el partido tenía el éxito de la operación, izando luego la bandera de la organización.

Los Guerrilleros planearon para el 29 de mayo de 1975 un ataque al Puesto de Comando Táctico de Famaillá: comando de las operaciones en el frente rural. Tenían una maqueta con el Puesto de Comunicaciones, las habitaciones y baños de los jefes, el Lugar de Reunión Detenidos.

Los Guerrilleros contaban, según declaraciones posteriores del Capitán Armando, 117 hombres uniformados y 50 hombres de civil para las operaciones de apoyo. Estos habrían de encontrar a unos 30 o 35 hombres para la defensa del Comando, puesto que las 2 secciones de comunicaciones estaban a lo largo de la ruta 301 y la Sección de Ingenieros 5 en tareas de acción cívica.

Se había fijado el ataque para el 28 de mayo casi al oscurecer, de manera tal que coincidiese con la fecha en que se celebra el día del Ejército.

Pero, ese día, dos grupos de la Sección Ingenieros 5 habían traído material en la Escuela de Manchalá para completar el plan de acción cívica. Esta casualidad y el coraje individual de todos obraron una victoria increíble sobre la Compañía Ramón Rosa Gimenez que estaba apoyada por contingentes del ERP que concurrían desde Córdoba. Los 117 combatientes se habían atrincherado en Finca Sorteis, a 18 km de Famaillá, apresando a los dueños y a los peones. Comieron, descansaron y hasta filmaron una película que luego de su triunfo distribuirían por el mundo.

La fuerza de Ejército contaba con información secreta sobre un plan del ERP, aunque no se sabía dónde ni cómo se desarrollaría. Por eso, el Escuadrón de Gendarmería "Jesús María" llegó a la zona del Río Colorado y Santa Rosa de Leales donde esperábamos el ataque. El Escuadrón cumplió su labor y llegó a Río Colorado, donde un Mayor del Ejército, asumió el mando y tuvo como tarea rastrear la zona en vista de que algunos pobladores habían visto movimientos sospechosos.

La información dada por un policía de la provincia el 27, coincidió con el hecho de que en la plaza de Famaillá fueron apresados varios jóvenes con cuadernos donde tenían dibujos de Famaillá.

Ante tamañas "casualidades" se ordena que el Escuadrón de Gendarmería batiera la zona de Río Colorado, Simoca, Santa Rosa de Leales y todavía más al norte, si bien el 28 a la mañana una de las patrullas de ese Escuadrón pasó cerca de Finca Sorteis, no advirtió que la finca estaba ocupada. Eso dio pie a que el ERP levantara campamento y se pusiera en marcha para evitar un enfrentamiento prematuro que podría hacerle fracasar todo el plan.

La toma de Famaillá tenía varias fases: fusilar a los oficiales; tomar al comandante de la brigada para canjearlo; licenciar a los soldados previa toma del armamento; liberar a los detenidos, y anunciar la victoria.


El Combate

Los Guerrilleros avanzaron en varios vehìculos por la ruta de tierra 99. 

Allí hubo de toparse con 12 soldados y dos suboficiales que pintaban la Escuela de Manchalá.

Cuando el vehículo punta pasa frente a la Escuela de Manchalá y ve al personal armado, y, creyendo que eran sorprendidos por un Retén militar, abren el fuego sobre los mismos, reaccionando inmediatamente la propia tropa con fuego de FAL . 

Dicho tiroteo hace que se detenga la columna que marchaba detrás, procediendo una parte de los irregulares a rodear la Escuela.

Al mismo tiempo, un camión de la brigada que de la ruta 38 se dirigía a la Escuela, transportando elementos logísticos, es atacado por el ERP desde el costado del camino. Ante esta aparición, el oponente que viajaba en los vehículos de transporte de la columna, abandona los mismos introduciéndose en los cañaverales, dejando variado material: armamentos, munición, equipos varios, documentación conteniendo un plan de ataque al Puesto de Comando Táctico y una maqueta del referido PCT.

La sorpresa fue grande, y el grupo guía, creyendo que el Ejército los había descubierto, contestó el fuego hiriendo a un soldado. 

Ayudados por una cuerda, los defensores logran introducir al hombre caido al edificio de la escuela. 

A pesar de sus heridas, este joven salteño exigiò un casco y un Fusil para sumarse al Combate.

Desde el exterior, los elementos subversivos intiman la rendiciòn. "Entreguense, con Uds. no es la cosa". Identica propuesta recibiò Hermindo Luna - el bravo formoseño que dio su vida defendiendo su cuartel - e identica respuesta recibieron: Una lluvia de balas ensordeciò la tarde tucumana.

Como la munición se consumía y los 14 hombres estaban cercados en la Escuela; un suboficial rompió el cerco y corrió 17 km hasta Famaillá donde encontró al oficial Jefe de la Sección de Ingenieros. 

Inmediatamente relató lo sucedido, y con tres camionetas y tres jefes del comando van a la Escuela cuando empezaba a caer la noche. 

Las luces de estos vehículos provocaron el desbande de los que cercaban a la Escuela.

Media hora más tarde, un contingente de la Fuerza de Tarea Fronterita llegaba a Manchalá donde se le dio la orden de perseguir junto al Escuadrón de Gendarmería, a los guerrilleros. 

Debido a la oscuridad de la noche no se pudo atrapar a nadie, pero el mito de la guerrilla se había desvanecido. 

Abandonaron los camiones con todo el material disponible fugándose.

El 28 de mayo de 1975, el Batallón de Ingenieros 5 se hace acreedora a la medalla de Campaña de la Nación Argentina en virtud a su destacada actuación en la "Operación Independencia" y en el Combate de Manchalá en San Miguel de Tucumán.

El 15 de diciembre de 1993 se le impone nombre histórico pasando a denominarse Compañía de Ingenieros 5 "Combate de Manchalá". 

Y por resolución BPE 4692 de 20 nov 1997, se le impone el nombre histórico de "Grl Div Enrique Mosconi".






Un relato .......

Pasado un tiempo desde el Combate, y durante un acto castrense en la Ca. de Ing. 5. el entonces Jefe de la misma, My. Ratto, realizó un brillante discurso relatando el Combate de Manchalá.

Luego ordenó que se trajera al patio de armas un "trofeo de guerra" perteneciente al enemigo y que había sido "olvidado" por esos "jovenes idealistas" en el campo de batalla de Manchalá.

Era una Bandera. Celeste y blanca, .. pero con una enorme estrella ROJA ( con la inscripción ERP) reemplazando al Sol de Mayo. 

Este "TRAPO ROJO " estuvo durante meses ondeando en el baño de la tropa, siendo usada por los soldados como natural reemplazo del papel higiènico.

En medio de un silencio profundo, con paso marcial, el subteniente Lucero arrastrò ese TRAPO ROJO y lo colocó sobre una carga de Trotyl. 

Tres veteranos del combate detonaron el explosivo mientras la Fanfarria del Glorioso 5to. de Caballerìa hacìa bramar el Diana de Gloria.

El TRAPO ROJO voló en mil pedazos !!!!




"Recorriendo el tobogán de la decadencia. 


Ahora... sin frenos"