sábado, 29 de enero de 2011

LA TABLADA

LA IZQUIERDA K HACE SU AUTOCRITICA

A 22 años del ataque terrorista, Eduardo Anguita intenta en Miradas del Sur una postura revisionista calificando el hecho como un error.

La Tablada: más silencios que certezas

Pasados 22 años, poco se sabe sobre el copamiento al Regimiento III de La Tablada y la brutal represión que se desató sobre sus atacantes.

Un par de días antes de ese fatídico lunes 23 de enero de 1989, Enrique Gorriarán Merlo habló ante unos 50 militantes en un sitio que se convirtió en el lugar de concentración principal de salida.

La mayoría iba a participar del copamiento del cuartel mientras que otros debían repartir panfletos en la zona destinados a alertar sobre un levantamiento carapintada.

Lo que en la jerga se conoce como una maniobra de diversión.

Entre los asistentes había viejos militantes del Ejército Revolucionario del Pueblo, algunos de ellos curtidos en las luchas sandinistas y otros que no tenían la más mínima preparación militar.

El cuartel había sido estudiado durante meses por parte de los atacantes. Gorriarán habló de las circunstancias políticas que atravesaba el mundo, Centroamérica y también sobre su caballito de batalla: la democracia estaba amenazada por los carapintadas y era preciso tomar la iniciativa para generar una suerte de insurrección popular para frenar en seco a los enemigos de la convivencia dentro de la vida constitucional.

Gorriarán llevaba más de veinte años en la lucha revolucionaria, había escapado de la cárcel de Rawson, había sobrevivido a la dictadura, había formado parte de la revolución sandinista.

Era una figura con un predicamento en algunos sectores de la militancia latinoamericana y, sin embargo, ese fin de semana previo al copamiento de La Tablada, estaba en la antesala de un desastre que costó muchísimas vidas humanas.

Hasta el día de hoy, hay una serie de misterios que Gorriarán se llevó a la tumba y que probablemente no sepan siquiera algunos de quienes pasaron más de diez años en la cárcel por esa acción.

¿Qué sentido tiene indagar sobre los hilos secretos que llevaron a ese episodio que no dejó ningún saldo positivo ni para la democracia ni para quienes quieren ideales y militancia por un cambio profundo?

Nelson Mandela escribió en prisión una serie de cuadernos que vieron la luz hace poco en un libro llamado Conversaciones conmigo mismo.

Allí dice: “Sólo los políticos de sofá son inmunes a cometer errores.

Las equivocaciones son intrínsecas a la actividad política.

A aquellos que están en medio de la lucha política, que tienen que afrontar problemas prácticos y apremiantes, se les deja poco tiempo de reflexión, crecen de precedentes que los guíen y están destinados a equivocarse muchas veces.

Pero, con el tiempo, y siempre que sean flexibles y estén dispuestos a analizar su labor de un modo autocrítico, adquirirán la experiencia y la previsión necesarias para ser capaces de evitar los peligros habituales e identificar su camino en medio del bullicio de los acontecimientos”.
Gorriarán fue un misterio en muchos aspectos pese a haber sido, de modo indudable, un exponente sobresaliente del intento revolucionario de los años setenta en la Argentina.

En sus memorias relata algunos pasajes del ataque del 23 de enero que remiten más a la valentía de quienes quedaron encerrados durante 36 horas y muchos de los cuales murieron.

No aclara dónde estaba él. Se da por supuesto que dirigía el operativo desde afuera.

Algunos de los atacantes suponen que la inteligencia del Ejército -o del Estado- podría haber tenido información previa.

Pero tampoco lo pueden certificar porque los primeros movimientos contaron con la sorpresa suficiente como para tomar las posiciones principales.

Una resistencia muy intensa surgió desde donde estaban los carriers artillados, con los cuales tenían previsto salir si la acción salía bien.

Esa resistencia no habría sido de grupos especiales que estaban escondidos sino de efectivos de la propia guarnición, muchos de ellos soldados conscriptos.

Algunos de los que cayeron presos y tenían casi nula experiencia militar, durante las primeras horas, y ante la imposibilidad de concretar los objetivos, no entendían por qué no llegaba la orden de retirada.

La lista de interrogantes operativos, después del fracaso y la cantidad de víctimas, resultó demasiado amarga.

El Movimiento Todos por la Patria, el último año, había sufrido la deserción de muchísimos cuadros políticos que habían formado parte del PRT-ERP. Algunos sabían que Gorriarán tenía previsto tomar las armas bajo la explicación del peligro carapintada.

Otros viejos militantes no se fueron de ese movimiento, pero mantenían diferencias con Gorriarán.

Tal fue el caso, por ejemplo, de Floreal Canalis, quien había formado parte del Comité Central del PRT y había caído preso en 1974 en la provincia de Buenos Aires.

Apenas unas horas después del shock que vivía la Argentina por el ataque, Gorriarán hizo llegar a algunos diarios una versión venenosa: que Canalis era, en realidad, un agente encubierto de la Policía Bonaerense, a la que se había rendido en la tortura 15 años atrás. Era una fabulación de Gorriarán, destinada a dar una pista falsa sobre los motivos por los cuales la acción había fracasado.

La Penca y La Tablada

Roberto Vital Gaguine murió en La Tablada.

Tal como lo cuenta Gorriarán en sus memorias, había sido un joven militante de la Juventud Guevarista que se exilió en 1977 y luego se sumó al grupo de argentinos que Gorriarán comandó en Nicaragua, muchos de los cuales tenían una bravura tan grande como su disciplina al jefe.

En 1993, cuando Gaguine había muerto, surgió la primera pista que vinculaba a Gorriarán con el atentado de La Penca, ocurrido en 1984, donde el contra nicaragüense Edén Pastora salvó su vida de una bomba colocada durante una conferencia de prensa en plena selva (ver notas de
R. Ragendorfer y de W. Goobar).

Hasta ese momento, 1993, las hipótesis se orientaban a que la autoría debía ser de la CIA.

Pero en ese momento, surgió otra línea investigativa que señalaba a Gorriarán y al entonces ministro del Interior de Nicaragua, Tomás Borge, vinculados al atentado a Pastora.

Decían, tal como se señala en el informe, que Roberto Gaguine había sido el autor material del atentado.

Cuando esto tomó estado público, los que habían sido detenidos en el cuartel y las inmediaciones estaban presos, mientras que Gorriarán estaba en libertad.

En Buenos Aires, quienes todavía reportaban al MTP ofrecieron una conferencia de prensa para refutar esa versión.

Tres años después, Gorriarán era detenido en México y luego trasladado a Buenos Aires, donde estuvo preso hasta que, a principios de 2003, y tras una interminable huelga de hambre, el entonces presidente Eduardo Duhalde lo indultó.

En 2006, apenas después de lanzar un partido político (Partido para el Trabajo y el Desarrollo), Gorriarán murió de un paro cardíaco.

Nunca explicó lo que pasó en La Penca y mucho menos cómo había sido la trama que lo llevó a planear y comandar el ataque a La Tablada, entre otras cosas.

Pasados 22 años de La Tablada y 28 de La Penca, hay que ceder a la tentación de mirar con los ojos de hoy aquellos dos hechos.

Hay contextos distintos y horizontes distintos.

Quizá, como le dijeron a Andrés Campos, Roberto Gaguine no contaba con que una colaboradora de Edén Pastora corriera de lugar el maletín que tenía la bomba (ver
nota de R. Ragendorfer) y que en vez de orientar las esquirlas al enemigo de la revolución sandinista lo hizo contra los periodistas que estaban en esa conferencia de prensa.

Pero lo que está en tela de juicio va mucho más allá de la participación individual de quien, se supone, llevó el explosivo y años después murió en La Tablada.

Los procesos de lucha popular muchas veces se forjan en la clandestinidad. Sus dirigentes y militantes son objeto no sólo de persecución y sus organizaciones son infiltradas.

Hay otros aspectos muy complejos que tienen que ver con los contactos y maniobras que los propios jefes pueden hacer por iniciativa propia y que quedan en secreto.

Así queda vedado el acceso a la autocrítica de la que habla Mandela.

Así, la interpretación de los hechos queda limitada a valoraciones subjetivas, a justificaciones emocionales y no a los datos fríos de los hechos, sobre los cuales sí es posible construir ideas y convicciones firmes.

Hay dos cosas que los procesos revolucionarios no deben permitirse si quieren dejar una huella positiva en la historia.

La primera es que el relato de esos hechos quede en manos de los agentes de la reacción que sí tienen acceso a los archivos de los servicios secretos y agencias de inteligencia.

La segunda es, precisamente, desestimar el papel que juegan los espías profesionales (profesionales de Estados poderosos que custodian el orden establecido más allá de los gobiernos de turno).

Los grupos y organizaciones revolucionarias suelen crear sus propios equipos de inteligencia y contrainteligencia.

Algunos hacen del secreto o de las maniobras distractivas una forma de hacer política.

Quizás en algunos momentos haya motivos para que esos comportamientos sean aceptables y hasta imprescindibles.

No parece justificable el silencio sobre los hechos mencionados. Finalmente, el testimonio de Peter Torbiornsson puede ser tomado con pinzas por alguien.

No faltará quien ponga la hipótesis de que lo suyo también puede ser manipulado.

Bienvenidos sean los descargos y las réplicas si es que las merece.

De lo que se trata es de desentrañar la verdad de la historia.


Eduardo Anguita

lunes, 24 de enero de 2011

¡¡¡ACÁ NO SE RINDE NADIE, MIERDA!!!!

Así gritó el soldado Hermindo Luna al defender el Regimiento de Formosa del ataque montonero en 1975, fuerza terrorista al servicio del imperialismo inglés.

Y ahora se vienen a hacer los patriotas en el... gobierno cuando están entregando todo.

Ahora pregunto, ¿por qué carajo los estudiantes universitarios, en vez de donar bronce para la estatua del che apátrida, no donan bronce para un monumento al soldado Hermindo Luna?

¿Por qué mierda la Garré o la justicia no le han dado un premio en dinero a los padres de este valiente soldado que con su sacrificio salvó la vida de sus camaradas y sí se los dan a terroristas?

¿Por qué nos escandalizamos del valiente cachetazo de Camaño a Kunkel y no recordamos que este diputado fue uno de los atacantes al regimiento?

¿Por qué no se premia a los VGM y se les da premio a antiguos terroristas y traidores como el Tte. Urien, que traicionó a la Armada, al igual que su antecesor, otro Urien que maltrató a nuestro primer héroe don Santiago de Liniers?

¿Y por qué una y otra vez voy a preguntar hasta que los argentinos de bien seamos un solo hombre de pie para defender a la patria imitando a nuestros soldados veteranos?

¡¡¡¡VIVA LA PATRIA!!!!

Y le ofrezco mi amistad a todo argentino de bien.

Patricio Lons

sábado, 22 de enero de 2011

A VEINTIDOS AÑOS DEL ATAQUE A LA TABLADA

Los Argentinos de bien no olvidamos en estos días el brutal ataque y copamiento del Regimiento De Infantería Mecanizada 3 General Belgrano y del Escuadrón De Exploración De Caballería Blindada, con asiento en La Tablada provincia de Buenos Aires, en la madrugada del día 23 de enero de 1989.

En aquel día, un número no precisado pero cercano a cien elementos de la izquierda revolucionaria argentina, donde se incluían mujeres, atacó frontalmente la Unidad Militar.

Poco antes de las seis de la mañana al menos sesenta militantes entre MTP, PL, ML-29, Montoneros, sin contar los que brindaron apoyo logístico del exterior más franco tiradores, tras embestir y derribar el portón de entrada a la Unidad Militar ingresaron a sangre y fuego, asesinando al centinela y con un mismo objetivo:
Copar La Unidad.

Al mismo tiempo recordemos también que el rápido accionar de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, estableció un cerco a la Unidad y dio el alerta, poniéndose todas las fuerzas de seguridad y Militares en aviso, para su defensa y recuperación.

Debemos tener bien en claro que el objetivo guerrillero era: tomar el Regimiento, apoderarse del Arsenal, salir con los Tanques hacia la Plaza de Mayo, distribuir propaganda subversiva con el fin de tomar el Gobierno, disolución de las FFAA, reemplazo por milicias populares; etc. De haber llevado a cabo esto con éxito otras Unidades Militares de Córdoba y Rosario hubiesen corrido el mismo destino.

En 1989, corría el último año de gestión del Dr. R. R. Alfonsín, quien ordena expresamente al General de Brigada Alfredo Arrillaga, hasta ese momento se desempeñaba como Inspector General del Ejercito, que se haga cargo del Comando Unificado a los efectos de cercar a los terroristas, aislarlos y retomar la Unidad Militar.

Gracias al valiente accionar de todos los efectivos, que por diferentes frentes aéreos y terrestres, de cruentos enfrentamientos que duraron muchas horas, es recuperado el Regimiento rescatando con vida a los rehenes y reduciendo a los elementos subversivos que en número de catorce se rinden ante el EJERCITO ARGENTINO.

Es en ese momento que el señor Presidente de la Nación dispone que esos terroristas detenidos pasen a disposición del Juez Federal Dr. Larrambere, quien estaba presente en el lugar de los hechos.

Todos Fueron Condenados.

Incluyendo Gorriarán Merlo, jefe del MTP, que para esos momentos se había dado a la fuga.

Es digno recordar que este guerrillero en el año 1974 había copado el Regimiento Militar de la ciudad de AZUL, dando muerte a su Coronel y su Sra. esposa.

Los Hombres y Mujeres que respetamos las Instituciones de la Republica y abrazamos la LIBERTAD, veíamos nuevamente los fantasmas del pasado.

Dada en aquel entonces la lista de terroristas, quedaba una sola reflexión: estábamos ante una nueva forma de subversión.

Esta nueva metodología de guerrilla revolucionaria era copia de la nicaragüense, traída por Gorriarán Merlo y sus seguidores.

Es ahí, en el Sandinismo donde se nos ofrece la clave para poder entender lo que teníamos en ese momento y lo que eventualmente podría venir.

Era la clave relevante para interpretar semejante operación. Gorriarán Merlo cambia el accionar de la guerrilla prolongada, al estilo vietnamita (PRT, ERP, Montoneros, etc.), que ya le había fracasado y gira a la Insurrección Popular. Esto debe quedar bien claro si se quiere desmenuzar el accionar de la izquierda revolucionaria, y el nuevo accionar en la actualidad.

LA TABLADA lejos de ser el Sol naciente de la Revolución, nos mostró su rostro espectral y fue lápida de sus propios actores.

Aquella violencia que se había conjurado contra la Libertad Y La Patria, a costa de no sé cuanta sangre, fue el epitafio de la guerrilla en la Argentina en tiempos de PAZ

Existen en la actualidad muchos que profesan virtudes que no respetan y tratan de asegurarse la ventaja de parecer lo que desprecian.

Recordemos, a la vez, que en el año 2003 el entonces Presidente Eduardo Duhalde les brindó el beneficio del Indulto a todos los detenidos, procesados y condenados de aquel acto del 23 de enero de 1989, pero debemos advertir que la Justicia sólo investigó dentro del perímetro del Regimiento dejando fuera todo lo relacionado a la logística y derivaciones de responsabilidad política y económica para que este hecho de salvajismo se lleve a cabo.

Brindemos un solemne Homenaje a los que cayeron en salvaguarda de la Patria En La Batalla De La Tablada entregando su vida al Supremo en pos de la victoria final, la Libertad Y La República.:

Mayor Horacio FERNÁNDEZ CUTIELLOS (h)
Teniente Ricardo A. ROLON
Sargento Ayudante Ricardo R. ESQUIVEL
Sargento Ramón W. ORUE
Cabo Primero José G: ALBORNOZ
Soldado clase 1969: Héctor CARDOZO

Soldado clase 1969: OLMartín DIAZ
Soldado clase 1969: Roberto TADDIA
Soldado clase 1969: Julio GRILLO
Comisario Inspector Policía de la Provincia de Bs. As.

EMILIO GARCIA Y GARCIA
Sargento Policía de la Provincia de Bs. As JOSE MANUEL SORIA.

martes, 18 de enero de 2011

NILDA Y JUAN MANUEL, UNA HISTORIA QUE ATRAVIESA UNA DOCENA DE GOBIERNOS

Abal Medina, tu sangre es negocio en la Argentina

Así gritaba en el 73 la Juventud Universitaria Peronista con su líder el “Tala” Ventura a la cabeza acompañado por su novia la hermosa “Nana” Landaburu, hija de un brigadier antiperonista.

El motivo de ese estribillo era que Juan Manuel Abal Medina, entonces Secretario General del Justicialismo, había tomado distancia de Montoneros para acercarse a la fórmula Perón-Perón y los cuadros izquierdistas del peronismo no le perdonaban que acompañara el giro a la derecha del líder supremo.

De ese modo daba por superada su etapa anterior cuando, por ejemplo, habló en el sepelio de su hermano Fernando, el asesino del Teniente General Pedro Eugenio Aramburu muerto a su vez en William Morris.

En ese entierro, Abal Medina dijo “no hablo como hermano sino como camarada”. Perón lo promovió a la primera línea y así fue cómo apareció junto a él a su llegada al país en noviembre del 72.

Pero luego Abal Medina cometió errores graves: impulsó como candidato a senador por la capital a Marcelo Sánchez Sorondo, quien fue derrotado por Fernando de la Rúa, lo que hizo que el General le fuera retirando su confianza.

Juan Manuel, en realidad, nunca integró Montoneros, pues era secretario de redacción de la revista Azul y Blanco, dirigida justamente por Marcelo Sánchez Sorondo, que era muy crítica de la llamada revolución argentina del general Juan Carlos Onganía, acusando a éste por su supuesta entrega del patrimonio nacional al capital extranjero.

Si bien la revista tiraba muy poco, tenía prestigio en la mayoría de los partidos políticos disueltos por la dictadura.

Fue en esa momento -1966- cuando Perón ordenó “desensillar hasta que aclare” y la mayoría de la dirigencia sindical celebró la caída de Arturo Illia y la asunción del supuesto nacionalista Onganía.

Nilda en acción

En 1968/9, la joven abogada Nilda Garré era amiga íntima de María Borda, hija de Guillermo Borda, el prestigioso jurista que se desempeñaba como Ministro del Interior.

Garré ingresó como asesora con la categoría más alta, la 24, y ahí permaneció durante los gobiernos de Roberto Levingston y Alejandro Lanusse.

Sobre el final del gobierno militar, se casó con Roberto Copello, sobrino del cardenal del mismo apellido.

A comienzos del gobierno de Onganía, Abal Medina se casó con Cristina Moldes, con la cual tuvo cinco hijos.

El mayor de ellos es Juan Manuel, actual Secretario de Medios de Comunicación del kirchnerato. En los últimos meses de la “sangrienta dictadura” de Lanusse, Juan Manuel y Nilda, asesora del Ministerio del Interior y conocida como “Chichita” Copello, formaron una pareja.

Uno de los primeros resultados fue que, un año más tarde, Abal Medina impuso a su mujer como diputada nacional con sólo 25 años de edad, ubicándola en los primeros lugares en una lista que encabezaba Santiago Díaz Ortiz.

Luego, los nombrados, el locuaz Carlos Kunkel y otros, formarían el grupo de los 8, a los cuales Perón los echó por la televisión.

Siempre cerca de los cuarteles

Repudiada por Perón y luego por Isabel, Garré formó otra especie de grupo de los 8 para hacer anti-isabelismo.

Hasta que empezó a trabajar para el golpe del 24 de marzo de 1976 moviéndose en dos frentes simultáneamente: su relación con el almirante Emilio Eduardo Massera, por un lado, y con el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército, por el otro.

Gracias a sus aceitadas relaciones castrenses fue cómo consiguió, una vez producido el golpe, que Juan Manuel se asilase en la elegante residencia de Belgrano que era la sede de la embajada mexicana en Buenos Aires.

Nilda, protegida desde el poder, pudo volver a su casa, donde pasó tranquilamente los siete años del proceso y hasta se dio el lujo de hacer política en primera línea.

Así fue cómo se transformó en una de las asesoras principales de don Vicente Saadi, por entonces poderoso presidente de la Comisión de Acuerdos del Senado y gracias a él obtuvo dos licencias de registros de la propiedad automotor en una negociación con los radicales.

Ya en épocas menemistas, no la fue fácil a Nilda acercase al poder, aunque disfrutó de los beneficios de la “cadena de la felicidad” que coordinaba la SIDE.

A todo esto, Juan Manuel no perdió el tiempo y se vinculó estrechamente con los dirigentes del PRI mexicano y se hizo millonario en dólares con los negociados del “ogro filantrópico”, como llamaba Octavio Paz al régimen mexicano, calificación que bien podría aplicarse hoy al kirchnerato.

Esto no quita que Juan Manuel no siguiera colaborando desde el exterior con la SIDE a través de informes periódicos, impresos en papel amarillo, que eran tenidos muy en cuenta por algunos asesores de Carlos Menem.

Final feliz, por supuesto

Cuando Octavio Bordón rompió con Menem, Nilda estaba junto a él. Pero a principios del 96, Bordón abandonó la política y ella se sumó primero al FREPASO y luego a la Alianza.

Durante el gobierno de ésta, estuvo a cargo de la unidad investigadora del atentado a la AMIA, hasta que fue echada, porque la colectividad judía sencillamente no la soportaba.

Siguió revistando en el FREPASO y, con el advenimiento de Néstor Kirchner al poder, de la mano de su mentor Horacio Verbitsky se fue acercando al poder.

Cuando José Pampuro dejó el Ministerio de Defensa para pasar el Senado, ahí Verbitsky tiró su nombre.

Así fue cómo se inició un ciclo de cinco años de destrucción y humillación de las Fuerzas Armadas.

Ahora Nilda se muestra dispuesta a hacer lo mismo con la fuerzas de seguridad, especialmente con la Policía Federal, cuyo flamante jefe, el Comisario Enrique Capdevila, presentó su renuncia.

En su reemplazo, hasta es posible que se nombre un civil y se habla de Marcelo Saín, que tuvo una experiencia similar como titular de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).

Pero volviendo al título de esta nota, la flamante ministro manejó a piacere el presupuesto y el reequipamiento de las Fuerzas Armadas con el general César del Corazón de Jesús Milani, Director General de Inteligencia y ahora también Subjefe del Estado Mayor del Ejército.

De esta saga quedan graves sospechas de corrupción.

Hoy Nilda vive enrejada en su petit hotel de Barrio Parque, en tanto que Juan Manuel disfruta de sus millones de dólares representando al magnate mexicano Carlos Slim, el hombre más rico del mundo.

También festeja que su hijo Juan Manuel sea ministro de propaganda del régimen kirchnerista manejando un presupuesto de publicidad de 1.800 millones de pesos anuales.

De ahí la premonición del “Tala” Ventura: “ABAL MEDINA, TU SANGRE ES NEGOCIO EN LA ARGENTINA”.

Evidentemente, la Argentina es un país muy generoso.

Guillermo Cherashny

domingo, 16 de enero de 2011

COMO LO MIRO YO

Camarón que se duerme se lo lleva la corriente!

Ayer vi un documental filmado por unos periodistas españoles dentro de los campos en Venezuela, y es alarmante ver cómo hombres armados con armas bien peligrosas de alto fuego y calibre están en manos de delincuentes sin escrúpulos y en grupos antagónicos y sin organización, a campo abierto, con el retrato del Che y otros contrarios, y en sí son todos unos saqueadores de caminos, oportunistas y muy peligrosos.

Esas armas fueron entregadas por un personaje bien conocido, que lleno de odio y enfermo de poder está llevando a esa nación hermana a un sangriento baño de sangre y esto lo sabe el gigante dormido que al despertar de ese sueño se llevará una sorpresa desagradable y terrible si no despierta a tiempo. No quiero mencionar nombres (son dos):
uno es la momia viviente y maligna que está en agonía tomándose su propio chocolate, porque está muriéndose día a día y esa condena lo tiene rabioso, porque sabe que está pagando su condena en carne propia y con todo su dinero (robado) no puede comprar la vida y está consciente y vive revolcándose dentro de la sangre de inocentes que él y sus esbirros derraman.

Esa momia siempre dirigía a otros a cometer crímenes; mientras él se escondía, otros morían y él a la cueva cua cua...

Pero ahora su hijo postizo está en la misma jugada, aún más peligrosa que lo que fue su guía y mentor.

Este sujeto que Ud. sabe es un delincuente igual que su papaaa, ha repartido armas a tuti plen, a bandas de forajidos que están preparándose para destruir a Venezuela en un santuario de todas las unidades terroristas internacionales, con fines del dominio total de América en ese plan infernal, que dirige la momia que sufre y ejecutada por su segundo.

Esto huele mal y se está mirando con hechos y no con palabras, porque la ley habilita esa dictadura rampante y sonante y esa dictadura está funcionando y día a día sigue expropiando (robando) aunque un pueblo valiente, donde a sus hombres y mujeres hay que reconocerles su amor a la Patria herida y con un futuro incierto.

EL CUARTETO PELIGROSO -HAY QUE DECIR SUS NOMBRES O PAÍS MEJOR- LA CUBA CASTRISTA, LA VENEZUELA CHAVISTA, IRÁN Y RUSIA, ESTA ÚLTIMA ES COMO LA GATICA DE MARÍA RAMOS, TIRA LA PIEDRA Y ESCONDE LA MANO.

Los bribones del patio son Castro y Chávez y que siga durmiendo el gigante poderoso que los enanos equivocados no podrán bailar en casa del trompo, porque aunque estos enanos mentales son portadores de una fantasía bien conocida, que usan haciéndose las víctimas del imperialismo, cuando ellos son los verdaderos imperialistas pero del mal, y el mal termina malllllll... “COMO LO MIRO YO”.

Al despertar el Gigante dormido…

¿qué pasará…?

Eduardo Santander

sábado, 8 de enero de 2011

LA GUERRILLA INVISIBLE

PINTADA. LA “EXPROPIACION” DE MATERIAL DE UNA CLINICA PRIVADA, EN 1973.

PINTADA. LA “EXPROPIACION” DE MATERIAL DE UNA CLINICA PRIVADA, EN 1973

CONSUL. WALDEMAR SANCHEZ DESPUES DE SU SECUESTRO Y LIBERACION.

CONSUL. WALDEMAR SANCHEZ DESPUES DE SU SECUESTRO Y LIBERACION.
Un trabajo que echa luz sobre las FAL

Una investigación sobre la historia de la organización que hizo el primer operativo de la guerrilla urbana.

Protagonizaron algunos de los hechos más audaces de las décadas del 60 y 70: el robo del arsenal del Instituto Geográfico Militar y el secuestro del cónsul del Paraguay, Waldemar Sánchez.

Pero fueron, también, invisibles.

Una organización revolucionaria sin palabras, sin texto, sin proclamas.

Fueron las Fuerzas Argentinas de Liberación (FAL) –muchas veces ese “Argentinas” se convierte en “Armadas”– y ahora un libro, La guerrilla invisible , de Ariel Hendler, periodista de Clarín , busca respuestas para una historia que nunca fue del todo develada.

“No conté con casi ningún tipo de fuente bibliográfica porque no existía prácticamente nada escrito.

La forma de enterarme de los hechos fue a través de las entrevistas a los propios protagonistas, que me fueron derivando unos a otros hasta llegar a más de 50, y chequeando los relatos orales con los diarios de la época y otros documentos.

Fue como armar un rompecabezas sin saber qué figura se iba a formar”, dice Hendler.

¿Por qué escribiste “La guerrilla invisible” en un tono que se asemeja a una historia de aventuras?

Me interesaba contar historias de vida, transmitir vivencias de mis biografiados en situaciones concretas.

Creo que es la mejor vía que tenemos para atrapar una experiencia tan especial, situada en una época tan distinta.

En tu libro decís que las FAL era la organización guerrillera menos conocida.

¿Quiénes eran?

Las FAL nacieron a fines de 1969, al unirse unos cinco o seis grupos que venían de la izquierda marxista independiente, o desencantados del Partido Comunista.

Fue la primera organización revolucionaria que se dio a conocer públicamente, en marzo de 1970, cuando secuestraron a un cónsul paraguayo para reclamar que la policía reconociera que había detenido a dos de sus militantes.

Lo liberaron a los pocos días sin conseguir nada porque el rehén era insignificante, y esa anécdota inspiró la novela El cónsul honorario , de Graham Greene.

Pero lo más importante de este caso olvidado es que uno de los dos detenidos, Alejandro Baldú, jamás apareció y es el primer detenido-desaparecido de la lucha armada.

Según contás, antes de eso había una especie de proto-FAL sin nombre, palabra ni texto, tres cuestiones que para las organizaciones y para la época eran fundamentales...

El grupo fundador original, que se había desprendido del MIR Praxis de Silvio Frondizi, se caracterizó por ser una organización secreta que no tenía nombre ni presencia pública.

Para darse una idea, en abril de 1962 robaron el armamento del Instituto Geográfico Militar, en lo que fue el primer operativo de guerrilla urbana en la Argentina, y jamás lo publicitaron.

Ellos reclutaban a sus aspirantes en forma personal, uno por uno.

Pero esa forma de actuar se volvió insostenible hacia 1970, cuando el país entró en el vértigo revolucionario.

¿Qué tomaron de las FAL las otras organizaciones armadas?

Veo más diferencias que similitudes.

Las FAL jamás consideraron que estuvieran en guerra abierta contra el poder del Estado.

Su estrategia siempre fue de acumulación de fuerzas y propaganda armada, con una gran dosificación en el uso de la violencia.

Y se diluyeron después de 1973.

En la historia de las FAL hay dos hechos muy violentos, como el asesinato de una chica secuestrada porque su familia no pagó rescate, o la bomba que mató a los policías que intentaban desarmarla…

Los dos hechos ocurrieron en la misma época, la primera mitad de 1972, y fueron los únicos de ese tipo.

Me interesa destacar que los responsables fueron jóvenes que en realidad no tenían una inclinación natural por la violencia, sino que la vieron como la única forma posible de actuar políticamente frente a la dictadura.


Nora Viater

jueves, 6 de enero de 2011

VÍCTIMAS OLVIDADAS

Las víctimas olvidadas del terror en Argentina

“Aquellos que controlan el pasado, controlan el futuro; quien controla el presente, controla el pasado".

Slogan del partido del Gran Hermano (1984 de George Orwell)

Por Mary Anastasia O'Grady (*)"Miles sufrieron en el alboroto izquierdista que precipitó el golpe militar de 1976.

La justicia no es asegurada fácilmente en ninguna parte del mundo.

Pero en Argentina hoy está fuera del alcance incluso mencionar en público a las víctimas del terrorismo de izquierda de los años 70 y menos hacer un esfuerzo para obtener para ellas o sus familiares un día en un tribunal judicial.

Inténtelo y probablemente será etiquetado por la izquierda argentina como un amigo fascista del ex gobierno militar.

El políticamente correcto sabe que se supone que aquellos que fueron tratados brutalmente por los guerrilleros que alguna vez Juan Perón llamó "juventud maravillosa" deben ser borrados de la memoria nacional.

La abogada de 35 años y defensora de los derechos humanos Victoria Villarruel se rehúsa a cooperar.

Fundó el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas, en Argentina, con la misión de documentar los miles de crímenes terroristas cometidos entre 1969 y 1979.

Cree que arrojar luz sobre esa década oscura puede ayudar a asegurar un futuro más justo para todos los argentinos.

Todo el mundo conoce la historia de cómo los militares argentinos tomaron el poder en 1976 y procedieron a aplastar a los movimientos subversivos con crueldad.

Sus abusos de poder fueron legión, y en 1983 finalmente dieron un paso al costado en medio de la hiperinflación y el caos económico.

Pero Argentina vivió otra tragedia antes, y en algunos durante un tiempo después, de que los militares tomaran el poder.

Fue una ola de carnicería y destrucción causada por bandas de guerrilleros inspirados por Castro que buscaban tomar el poder aterrorizando al país.

Sus acciones provocaron un caos a escala nacional que llevó al golpe militar.

Sin embargo, debido a la deshonrosa caída del gobierno militar, los terroristas y sus simpatizantes han tenido éxito en volver a escribir esta historia, al describir solamente los crímenes de sus enemigos uniformados.

Algunas personas que son actuales o ex integrantes del gobierno de Kirchner, otros que son congresistas y otros que trabajan en los medios de comunicación fueron integrantes bien conocidos de organizaciones subversivas.

En una entrevista en noviembre en Buenos Aires, Villarruel me dijo que ni siquiera los políticos de la oposición hablan de las víctimas de los terroristas porque se ha vuelto "tabú" hacerlo.

El estado, dice, los trata "como si nunca hubieran nacido".

Un resultado es que una generación de argentinos ha crecido sin conocimiento de la historia completa de esos tiempos de terror.

El punto de vista de Villarruel es que la "verdad y justicia" demandan que las víctimas sean reconocidas.

Su libro de 2009 “Los llaman… jóvenes idealistas” contribuye a ese objetivo. En él documenta con fotografías y recortes de prensa la devastación que los terroristas le causaron a su propia gente.

"A vencer o morir", el lema del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), aparece en una foto como un graffiti garabateado en un camión.

Incluidas en el libro hay fotografías de algunas de las miles de víctimas: bebés, adolescentes, diplomáticos, empresarios, jueces, policías.

Algunos fueron secuestrados y asesinados.

Otros fueron asesinados o quedaron lisiados simplemente porque estaban cerca cuando explotó una bomba.

Menores eran reclutados para los ejércitos revolucionarios.

Todo valía para los rebeldes que buscaban rehacer su mundo a través de la violencia.

En la entrevista de noviembre, Villarruel describió el trabajo de su centro sobre el terrorismo, basándose en artículos de diarios y conversaciones con familiares y testigos, cuando se puede acceder a estos.

Muchos, afirmó, siguen teniendo temor a las represalias.

Me dijo que el centro ha logrado dar nombre a 13.074 víctimas de los terroristas. Esos son totales preliminares.

Villarruel está tan preocupada por la precisión de su trabajo que hizo que fuera auditado en forma independiente dos veces.

Prevé que los recuentos finales estén terminados a mediados de este año.

Es interesante señalar que la cantidad de casos presentados ante tribunales contra el gobierno militar con acusaciones de abuso de poder son menos de 9.000.

Mientras tanto, la justificación del gobierno de Kirchner para desestimar a las víctimas del terrorismo de izquierda es el argumento que fueron víctimas de crímenes comunes y que sus perpetradores ahora están amparados por la prescripción.

Pero Villarruel dice que su investigación demuestra que las víctimas fueron civiles atacados por movimientos guerrilleros en una despiadada búsqueda del poder.

Si es verdad, no habría prescripción de acuerdo con la Convención de Ginebra de 1949, ratificada por Argentina.

Villarruel escribe que al estudiar el terrorismo de los años 70, nunca entendió "las razones por las que un grupo, atribuyéndose a sí mismo la representación popular, decidió asesinar a su propia gente, alegando una supuesta causa justa y la necesidad política".

Es igualmente difícil entender porqué los argentinos han permitido que esos villanos controlen ese pasado y disfruten de impunidad legal.

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Mary Anastasia O'Grady (*)

(*) Mary Anastasia O’Grady es editora de la columna de las Américas del Wall Street Journal.Este artículo fue publicado originalmente en The Wall Street Journal (EE. UU.) el 3 de enero de 2011.Este artículo ha sido reproducido con el permiso del Wall Street Journal © 2010Dow Jones & Company, Inc.Todos los derechos reservados.